viernes, 30 de agosto de 2019

Ponencia para el 38 Congreso General Ordinario del STUNAM.

Ponencia para el 38 Congreso General Ordinario del STUNAM.
Prof. Fabián González Hernández.

La SEP y todo el aparato “Educativo” de México (incluida la UNAM) fungen como perpetuadores de uno de los más grandes y exitosos genocidios culturales realizados en el mundo contra una de las culturas mas importantes espiritual e ideológicamente en la historia del planeta como contrapeso a los valores y modos de occidente, como son los llamados  “Indios”, que fueron ensalsados en los murales pero discriminados en las aulas, comenzando por que sus lenguas no son consideradas en los planes de estudio, haciendo del español el idioma “oficial” de México, obligando a la realidad a adaptarse de manera fascista a los lineamientos burocráticos  logrando que en nombre de México y la Revolución casi se lograran erradicar estos idiomas asesinando a sus hablantes no física si no espiritualmente. 
Y eso se logró con un aparato ideológico y político que a través del cine, la televisión y la escuela fomentaron una idea de “México” representativa solo del norte del país, haciendo de la UNAM uno de sus pilares ideológicos y políticos ya que en el nombre del pueblo de México promulga los valores, la historia, la cultura y la filosofía de occidente ofreciéndole a los “Indios” a lo más una occidentalización gratuita pero nunca una reivindicación cultural, ya que  el objetivo de la UNAM no es hacia dentro si no hacia afuera, importándole más ser calificada como una de las mejores universidades del “mundo”, con parámetros “internacionales”  que no mejoran, enaltecen y dignifican el ser y la vida, espiritual, económica y política de los mexicanos, a los que de hecho lo que la UNAM les ofrece es la oportunidad de ser caciques de su propio pueblo, ejerciendo profesiones que estén acordes con una economía “Global”, y sirviendo como argumento ideológico para discriminar al que no cumple con los estándares de una ciencia y una cultura occidental.
Cultura que se ve reflejada en todos los niveles, promoviendo una sociedad jerarquizada cuyo centro de poder en la UNAM se encuentra en Rectoría y de ahí verticalmente, hasta llegar a los alumnos, último eslabón ya que  el resto de la población son rechazados, pasando por el STUNAM, que finalmente no es un contrapeso ideológico y político contra esta verticalidad e injusticia si no un cómplice en la repartición del botín, que es lo que sucede cuando se carece de un proyecto de nación donde quepamos todos y donde no necesitemos un enemigo interno y un aliado extranjero para relacionarnos y sentirnos valorados.
Ya es hora de que el cambio comenzado por el pueblo de México expresado en la presencia de AMLO en el poder se vea reflejado en todas las instancias de nuestra vida política y en transformaciones de las costumbres heredadas. Ya no podemos echarle la culpa al PRI y a su ley de la selva donde la nación era un botín del que robaban todos , mientras nuestro señor los hubiera puesto dentro del “Presupuesto” y dependiendo del escalafón, convirtiendo a la corrupción en un acto de sobrevivencia. Basta de ver al Estado, a la nación, a la universidad como un botín y de convertir al sindicato no mas que en un negociador de la tajada para sus agremiados, que siguiendo los ejemplos de arriba, se queda principalmente en manos de los “líderes” quienes nos reparten las migajas, de las migajas. 
Los “Representantes” (Sindicales, Vecinales, Municipales, etc)  ya no deben representar  los intereses  de los de arriba para imponerlos a los de abajo, como ha venido siendo en esta estructura vertical heredada de la colonia y modernizada con el PRIAN  donde en teoría los “líderes” son  representantes de la mayoría pero en la práctica testaferros de la minoría oligárquica cuyos valores defienden y a quien le deben el puesto. Ya basta del “mundo al revés”, donde el discurso y la práctica se contradicen y donde se normaliza la mentira, la superficialidad, la hipocresía y el abuso y la violencia contra los de abajo en nombre de los que supuestamente se hacen las cosas, llegando al grado de normalizar el abuso del poder público en todos los niveles del estado (policías, maestros, basureros, diputados) quienes se dan cita en el famoso “Pacto Social” proclamado por el presidente Miguel Alemán (Cachorro de la “Robolución”) que a grandes rasgos significa “Si el presidente roba todos roban (lo que el presidente y sus amigos nos dejen)” haciendo a todos los miembros del estado , así sea un simple maestro o cartero, orgullosos socios de la cueva de Ali Baba quienes con el ejemplo del presidente acceden por lo menos a heredar su puesto a través del “Sindicato” y a realizar todas las corruptelas que su escalafón les permita, como las gallinas que se comen las migajas de la “Familia Revolucionaria” y que se sienten parte por que a veces los amos se dignan visitarlos para tragar algún huevo.
 Así se funda un país  supuestamente moderno, donde en teoría los puestos de trabajo serán ocupados por los más aptos, certificados por una enorme Universidad que será de los pilares de este México Moderno ya que dará igualdad de oportunidades a todos los mexicanos, siendo pública, científica y popular, cumpliendo con los mandatos de igualdad emanados de la revolución mexicana, acogiendo a los exiliados españoles, chilenos, argentinos (nunca a los indios de México) quienes vinieron a enriquecer nuestra “Cultura” y nuestra “Academia”.
 Los sindicatos en México, tristes aliados de Carranza, con el tiempo se convirtieron en la institución mas burda de control estatal y en instrumentos de poder personal y cacicazgo con un amplio control de bastos sectores de población, la cual se somete a las negociaciones y corrupciones de su líder de quien emana la estructura piramidal antes mencionada y en algunos casos, como en el SNTE, se arriesga la vida si se afectan sus intereses , generando aparatos de control que a través de promesas, corruptelas y negociaciones por abajo del agua, a lo que se dedican es a mantener el poder en sus manos, haciendo la pantalla de que velan por los intereses de los que dicen representar, cuidando que el dinero (o el poder) se quede principalmente en sus manos. 
Los lideres sindicales se convirtieron en los personajes mas burdos de la familia “Priista”. Tan es así que Carlos Salinas de Gortari subió sus bonos tan escasos cuando asumió la presidencia por fraude atacando a estas estructuras metiendo a la Quina a la cárcel, líder del Sindicato más poderoso de México, y contratando como Asesor personal a Evaristo Perez Arreola, líder de uno de los pocos sindicatos con carácter de “independiente” y  democrático, atacando a uno de los pilares del régimen visiblemente más corruptos y supuestamente “intocables”, demostrando el Poder, de castigar (y de comprar).
El STUNAM, el SME, el Sindicato de Euskadi, el de la Pascual Boing y otros, se vieron influenciados por los aires de renovación de la esperanza en un mundo distinto que corrieron por los años 70´s tras el movimiento del 68 y se reconfiguró su estructura empezando por hacerla mas “Democrática” para evitar líderes esquilmadores, pero con el tiempo esa Democracia acabó funcionando de manera enigmática para reelegir a los mismos, que quien sabe como de manera eterna son aclamados por la base para mantener el puesto, que ellos se sacrifican por seguir ocupando y para el cual se especializan convirtiéndose en eternos representantes de algo que, en algunos casos nunca siquiera ejercieron, emulando las costumbres Priistas, que supuestamente se pretendía erradicar.
El STUNAM se encuentra en una encrucijada. Supuestamente independiente, democrático y perteneciente a una institución de carácter nacional que aglutina a una cantidad enorme de afiliados, con amplia influencia del movimiento del 68 que se vio afectada con la separación de los profesores de la titularidad del contrato laboral pero que simbólicamente se conserva con algunos necios que creen en tiempos mejores, no deja de tener todos los vicios de un sindicato priista, aunque disfrace sus cacicazgos con congresos donde se deciden democráticamente las cosas y donde se despilfarra una enorme cantidad de dinero (lo que demuestra con números claros que tenemos democracia) para repetir año con año el mismo ritual, nota por nota: ir al Auditorio Nacional rentado por nuestro líder Agustín Rodriguez para presumirle a sus amigos de Sindicatos Internacionales y nacionales el poder que tenemos como sindicato de “Institución”, que demuestra su democracia permitiéndole entrar a la oposición a ocupar su 20% de las gradas y su 10% del tiempo asignado, para después dirigirnos a los auditorios de la UNAM para leer, en tres minutos, algunas ponencias que, en el caso de los maestros se convierten en un rosario de lamentaciones de casos donde el sindicato no los ayuda, ya que no cuenta con la titularidad del contrato colectivo de los Profesores, y solo servimos como decoración para que el STUNAM siga presumiendo que es de “Institución”, para pasar al sábado donde se replican las mismas cosas del viernes y llegar al domingo en el que se pronuncian los discursos finales y se realiza la votación de los acuerdos, donde los chiflidos, las matracas, los chalecos rojos y las mentadas al viejo estilo priista no se dejan reprimir y donde el dialogo y el espíritu democrático y supuestamente universitario se ve reducido a que no llegamos a los golpes, siempre y cuando se mantenga el equilibrio de 80% para la aplanadora y 20% para la oposición,  y con elecciones donde los votos están condicionados al convertir los derechos de los trabajadores en “Favores personales “ por parte de nuestros “Representantes”, para demostrar que somos “Democráticos” (al viejo estilo Priista).
Hoy, y aprovechando los tiempos de cambio muchos maestros decimos “Ya basta” de seguir en esta burda farsa que, o se renueva o se deshace por que no podemos esperar a que vuelva la oligarquia a ocupar el poder para demostrarnos que realmente no podemos hacer las cosas de manera diferente. Los cambios en las leyes con respecto a la representación sindical obligan a una democratización de estas estructuras, tan es asi que las APPAUNAM después de décadas de existencia por fin convocaron a elecciones (con candidatos únicos y convocadas del lunes para el jueves) pero se vieron obligados a crear una “Pantalla” para camuflajar su imagen de “Sindicato Blanco” ante estos tiempos de renovación que amenazan. Se ha creado un nuevo “Sindicato” de Profesores de la UNAM aprovechando estas nuevas leyes, para llenar el vacio dejado por el STUNAM y las APPAUNAM en cuanto a una representación legítima de los intereses de los maestros de la UNAM, quienes ante la nula intención de por lo menos aparentar que nos representan y que luchan por la mejoría, la cohesión y el fortalecimiento  de una comunidad, cada vez nos vemos más tentados a olvidar aquel dicho de “mas vale malo por conocido” y más dispuestos a generar una nueva organización que procure erradicar la maldita costumbre piramidal donde los representantes representan pero sus propios intereses.
 En verdad que debemos aprender de algunas comunidades de nuestro país donde por ejemplo en la ceremonia de cambio de poderes sientan al representante elegido en una silla a la que le prenden un fuego por debajo para que aprenda que el puesto es temporal y que el poder debe de usarse para servir a la comunidad o se le quema el trasero.
En verdad que es una inercia la que me mantiene aquí y juro que me ha costado un enorme trabajo articular estas palabras ya que cada vez le encuentro menos sentido seguir siendo partícipe de una institución como esta, donde se habla demasiado de derechos pero poco de obligaciones y se descuida el proyecto y la responsabilidad que tenemos para la nacion, de la que nos volvemos unos esquilmadores más. Ya basta de que “el Sindicato” a lo  que se dedique sea solo a defender agremiados irresponsables o corruptos o a repartir los permisos para vender dulces en las escuelas olvidando fomentar una actitud de servicio por un proyecto, que en nuestro caso no es cualquier cosa, es ni más ni menos la construcción de una Patria, una Nación, de la que la universidad es un pilar indiscutible, un reflejo inequivoco del cual el STUNAM forma parte y al cual se ha adaptado, para bien y para mal.
Es tiempo de renovar o morir. El Trabajador Universitario en general debe de ver a los alumnos y a la población de México como compañeros y no como clientes, como aliados y no como competencia. Debemos detener la inercia  y vivir en un tiempo nuevo. Es triste escuchar comentarios de Autoridades, Profesores o Trabajadores universitarios despreciando a los alumnos como si fueran cosas, bultos, todo menos compañeros, seres dignos, olvidando que en el último de los casos a ellos deben su trabajo y están para servirlos llevando hasta ese grado la piramide de poder ya mencionada.
 El cambio es ya y debe ser a todos los niveles, desde el Presidente hasta el último trabajador del Estado que deben de servir y no servirse del Pueblo. El poder ya no debe ser para favorecer intereses privados si no un mandato para apoyar intereses colectivos. Un sindicato debe velar por intereses comunales, no personales y en una comunidad también entran los Estudiantes y hasta las plantas y los animales aunque no estén afiliados al gremio. Sobre todo se debe servir a un proyecto que contenga un presente y un futuro para todos y que con la ideologia capitalista neoliberal nos tiene peor que caballos de tiro, viendo solo de manera individualista pensando que con que acumulemos lo suficiente para nuestros hijos o les heredemos el puesto en el “Sindicato”, ya estamos contribuyendo a la construcción de un mundo mejor. Creo que nuestra labor va más allá y es hora de darnos cuenta, antes de despegarnos tanto de la “base” que cuando volteemos ya no nos sostenga.


A 30 de agosto del 2019.

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