jueves, 23 de agosto de 2018

Ponencia para el 37 Congreso General Ordinario del STUNAM.

Ponencia para el 37 Congreso General Ordinario del STUNAM.

Profesor Fabián González Hernández.

Es bien sabido que en la historia de los Sindicatos, estos perdieron el rumbo desde que se alejaron de los ideales de Emancipación Humana, representada por la clase obrera, como los vislumbró Pierre Joseph Proudhon en sus trabajos académicos y se dedicaron a cuestiones meramente salariales dedicándose a intentar emparejar el nivel económico de la burguesía con el del trabajador (en el mejor de los casos), olvidándose de las huelgas por motivos solidarios con otros gremios y de los principios de ayuda mutua y del ideal de la emancipación universal. Pero bueno, ahí todavía no perdían tanto el piso como lo hicieron en el siglo XX al convertirse en aliados del fascismo, como en Italia con Musolini y en México con Carranza y posteriormente con Cárdenas, convirtiéndose en, mas que aliados de la clase trabajadora, en compadres de sus explotadores.
En el caso concreto del STUNAM, este sindicato surge en una circunstancia histórica de México que lo puso a la vanguardia en su momento de un movimiento de izquierda que en aquel tiempo tenía mucha influencia en la UNAM, por las consecuencias del movimiento del 68 y en este país llegó a representar a un sector de la izquierda no alienada al priismo de Estado. Al unirse STEUNAM y SPAUNAM, es decir, trabajadores y académicos, el Sindicato cobró una dimensión y una fuerza que iban más allá del ámbito laboral ya que al estar los profesores representados, estaba en el también la universidad en si, con todos los ámbitos del conocimiento que esto implica,  lo que daba al sindicato un cumulo de posibilidades que iban mucho más allá del ámbito meramente laboral y al unirse trabajadores con académicos se cumplía en la practica la máxima de la universidad de fraternizar el espíritu con la raza.
Creo que hacia lo externo ha sido correcta la actitud del STUNAM en los últimos 30 años y ha sido solidario con otros movimientos y con las victimas de esta sociedad injusta. Donde se perdió el piso fue al interior de la Universidad desde que se dejó al los académicos en garras de las APAUNAM con la complicidad de los dirigentes del STUNAM , permitiendo que se implemente una política laboral 100% de corte Neoliberal en la planta académica que hasta la fecha cuenta con muy poca resistencia al interior de la institución y los esfuerzos de todos están más en ganar los “concursos” que en cambiar el orden de cosas injusto y desigual al que hemos llegado tras más de 30 años de implementación de políticas encaminadas a crear un orden donde hay unos cuantos privilegiados y unos muchos prescindibles, los cuales no solo ganan poco, también son sometidos a un sistema de competencia laboral donde el desempleo está a la vuelta del semestre y las brechas entre los privilegios de los “ganadores” y los “perdedores” son majaderas, por decir lo menos. Se ha contaminado tanto nuestra idiosincrasia con la ideología neoliberal y con la “competencia por la plaza de carrera”, que los escasos esfuerzos de organización de los académicos  para luchar por sus derechos van encaminados no a terminar con este orden de cosas si no a exigir “justicia” en los “Concursos” y la repartición de plazas, justicia que, si se consigue, solo alcanza para algunos líderes del movimiento dejando al resto sin ganas de volver a organizarse a cambio de justicia tan mezquina. 
Es momento de refundar, de incendiar y renacer como el ave Fénix y de preguntarnos que es lo que hay que cambiar al interior de nuestras instituciones para estar acordes con el nuevo presente de Esperanza en un futuro mas justo y amoroso representado por la voluntad de los ciudadanos con su voto a AMLO. 
Las políticas y los procederes del Sindicato deben ser otros en este contexto histórico y es momento de voltear al pasado y ver en donde se desvió la brújula, que desde mi punto de vista fue en el ya mencionado momento de la perdida de la representatividad de la planta académica, que según una historia que me contaron, las autoridades lograron ganar gracias a que en las escuelas y facultades donde no había suficiente combatividad, contrataron maestros de emergencia que les sirvieran de votos a favor de las APAUNAM, muchos de los cuales al año siguiente fueron despedidos al haber demasiados y al no tener quien defendiera sus derechos laborales, ya que su nuevo representante ante las autoridades (por el que habían votado) era netamente charro. 
Dicen que Evaristo Pérez Arreola se hizo de la vista gorda durante este proceso y si contáramos la historia como si fuera mitología antigua podríamos decir que de ahí en adelante los sacrificados con cuya sangre se alimenta a los Dioses neoliberales es con la de los maestros de asignatura u ordinarios, indefensos ante las autoridades y las APAUNAM los que fueron firmando contratos colectivos cada vez con peores condiciones, mayor jerarquización e inestabilidad en el empleo, con complicidad por omisión y ceguera por parte del STUNAM.
Es de común acuerdo el decir que el APAUNAM es un sindicato charro pero,  en el mismo momento en que este se formó, el STUNAM también se convirtió en lo mismo y tal parece que algunas de las prevendas que el gobierno da a sus lideres son en buena medida a cambio de mantener alejados a los académicos del Sindicato. No nos corren pero tampoco se hace nada por mantenernos y menos por volver a conseguir la representatividad de la planta académica en la Universidad. Se dice que  nuestro representante no cuenta con trayectoria académica dentro de la Universidad y nadie protesta que las APAUNAM tengan la facultad de  dar de baja a los académicos afiliados al STUNAM  lo que es algo consecuente con la política del Sindicato hacia la planta académica de losúltimos años.
Sin embargo, a pesar de los pesares, dentro de este México que se pudrió tanto durante la última pesadilla neoliberal, creo que se podría rescatar algo bueno de una institución como el STUNAM que, como Sindicato, proviene de un idealismo de bondad como lo fue la Anarquía en su concepción primera, (no refiriéndome a su tergiversación fruto de la represión y la mentira) y por su historia y acontecer democrático en sus procederes, y por que, a pesar de sus líderes charros, se ha mantenido solidario con la causa de los de abajo en este México tan disparejo y por lo menos hacia fuera ha mantenido una actitud humanista con los agraviados por el sistema. 
Creo que nuestro Sindicato es una de las pocas instituciones desde donde se podría reconstruir este México que cayó tan bajo durante las últimas décadas, podredumbre de la que el STUNAM tampoco se libra pero creo que se salva por su proceder democrático ya mencionado, pero sobre todo por su actitud solidaria, con el zapatismo en su momento, con los padres de los 43, con el SME, con Atenco,  etc. Ahora lo que le falta es ver hacia dentro y solidarizarse con los que en su momento sacrificó por omisión, descuido o mala Fé: los maestros de asignatura y por principio exigir una nueva elección de nuestros representantes (que por lo menos nos “representen” a nosotros y no solo a Agustín Rodríguez ante nosotros. También hay que encaminar nuestros esfuerzos para lograr una mayor afiliación que nos permita exigir nuevamente un recuento que nos regrese la representatividad de la planta académica para volver a ser un Sindicato plenamente Universitario donde trabajadores, docentes e investigadores unamos esfuerzos no solo para exigir mejores condiciones laborales si no para generar una mejor sociedad a partir del sindicalismo solidario encaminado a la Emancipación Universal, que proviniendo de un Sindicato representativo de la Universidad pudiera ser parecido a como lo soñó Proudhon y lo exigen los nuevos tiempos, representados en el voto masivo a AMLO.

A 23 de Agosto del 2018.

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